domingo, julio 17, 2005

 

¡El horror! ¡El horror!

Escribimos estas líneas tras habernos recuperado en parte de la espantosa novedad. El Pingüino, Cristina Pingüina y su equipo de beatos y mártires salvadores de la Patria la han revelado.

El (ex) compañero ovino Duhalde y su cónyuge Chinche han abandonado el campo popular y han colocado un piquete frente al avance de la Patria Unida hacia su Destino Manifiesto.

¿Por qué estos dos súper heroes, otrora constructores del Ser Nacional y salvadores de la Argentinidad, habrían de emprenderla contra el Restaurador Pingüino?

Según nos han participado varios ministros y la propia Cristina Pingüina, tan sólo por retener los pocos “espacios de poder” que se les escapan entre los dedos como arena.

Nos hemos enterado que han recurrido a las más oscuras artes de la política; entre ellas, a un clientelismo político descarado, con prebendas repartidas entre bandas de caporegimi y soldati y dotes mal disfrazadas de subsidios reivindicativos a líderes regionales adictos. Han convertido a las ovejas más humildes, las deslanizadas, en sus mendicantes, inválidos holgazanes e idólatras, y sólo por baratijas.

Su comportamiento, ahora podemos verlo con claridad, responde al más rancio nepotismo, quizás sólo equiparado por los Borgia. No toleran el disenso y reclaman una férrea lealtad.

Han hecho la vista gorda, y hasta quizás se hayan beneficiado, con incontables casos de corrupción por parte de sus esbirros. Cuanto menos, han omitido denunciar el reiterado saqueo del Banco Provincia del Bonaire. Han beneficiado con enormes fortunas a sombríos empresarios durante la Devaluación más Exitosa de la Historia.

El Pingüino (y señora) representan a una Nueva Política, que no traiciona por “espacios de poder” sino que aspira a una mayor representación popular.

En lugar del añejo clientelismo, sólo dirigen los fondos públicos con intenso celo hacia la reivindicación de demoradas demandas sociales. Si esto ocurre en los distritos electorales que aún no comprenden del todo a la Nueva Argentina en Serio, no es culpa del Pingüino, que nunca emplearía fines tan pedestres. No olvidemos que el matrimonio Pingüino ha declarado la guerra sin cuartel al populismo clientelista.

La conformación de los cuadros políticos de primer orden responde a razones de estricta probidad. Si se tratase de familiares del Pingüino, esto sólo demuestra los sacrificios que Éste está dispuesto a ofrecer ante el altar de la Patria, soportando estoicamente el escarnio de quienes no quieren ver a la Argentina nuevamente de pie.

Por fortuna, la máscara de los villanos del Bonaire ha caido, han sido denunciados por los verdaderos custodios de nuestros más caros principios, los pastores del Rebaño.

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