jueves, noviembre 17, 2005
El Rebaño nunca se equivoca II
El Rebaño se ha expresado.
El Proyecto de Restauración Revolucionaria, encarnado en la entrañable y firme figura del Pastor Pingüino (y señora y hermana), ha sido seguido por un Rebaño entusiasta hasta el paroxismo. La expresión ovina no ha dejado dudas, el Rebaño en pleno ansía la Argentina en Serio que todos los días construimos.
Atrás, muy atrás, hemos dejado a la abominable era de entrega de nuestra soberanía y nuestra industria, de cipayismo, de destrucción del Ser Nacional y de nuestro riquísimo Patrimonio Cultural.
Carlos Saúl Alí-Babá es hoy sólo una sombra desvaneciente del mefistofélico azote de la Dignidad Nacional que alguna vez fuera. Se desgañita en luchas parroquiales que absorben su vitalidad decreciente. Por ello debe hoy dormir largas siestas en las que sueña con la destrucción del Rebaño, que por poco no lograse. Lamenta entre sollozos, rodeado de los pocos fieles que aún abrigan la esperanza de su retorno, la pérdida del pico vertedor, instrumento de dominación ovina.
El Rebaño, con el precipicio a la vista, recuperó la cordura y entregó el pico vertedor al Pingüino, que lo emplea con sabiduría para satisfacer las demandas sociales insatisfechas (por supuesto) y para emprender demoradas reivindicaciones populares (y nacionales).
La pareja bonairense, que osara traicionar a la causa óvida, lame hoy sus heridas y aspira sólo a un retiro con un mínimo de dignidad. El populoso Bonaire se ha entregado a la causa pingüinesca.
Soñar no cuesta nada, y en nuestras ensoñaciones entrevemos el cierre de las puertas del templo de Jano, y el reino sobre el Rebaño una duradera Pax Pingüina, que asegure las conquistas sociales que el Gran Pastor estableciera, que nos acerque al Destino Manifiesto que nos merecemos y que termine con el aberrante mundo unipolar.
La obra del Gran Pastor parece haber hallado a su continuador. El tiempo dirá si la Voluntad Óvida, repotenciada por el Estilo KK, podrá derrotar a la infame coalición de cipayos, banqueros, supermercadistas, organismos de crédito multilaterales, conspiradores, multinacionales y gobiernos extranjeros. La Argentina Potencia que asoma terminará con los inicuos privilegios de unos pocos. No nos esperan tiempos fáciles, deberemos cinchar todos juntos por la Dignidad Nacional.
El Pingüino, lira en mano, ensaya y escribe los versos que completarán la sinfonía inconclusa del Gran Pastor, y que adaptarán los eternos principios de la Doctrina Nacional Ovejerista a nuestros peliagudos tiempos.
El Rebaño tiene una sola voz, la voz franca, desafiante, melodiosa, generosa y patagónica del Pastor Pingüino (con coros de Cristina Pingüina y Súper Lavagna).
Incluso adversarios enconados como Lolita Cruz y moderados desdentados como Ricardo Hipólito Corazón de Vizcacha, detrás de la protesta, adhieren con fervor a la inmortal Doctrina Nacional Ovejerista.
El llamado de la Dignidad Nacional
Hacemos un llamado al Pastor Pingüino. Es hora de que utilice todo su repotenciada energía para convocar al Rebaño a la próxima patriada, la que nos permitirá romper las últimas cadenas. Debemos poblar la Antártida, el Sector Lunático Argentino y, por qué no, también la Patagonia irredenta.
No deberemos escatimar recursos en esta empresa nacional (y esperamos que popular). Bases militares, generosos subsidios, aeropuertos, pescadoductos, promoción de cultivos hidropónicos, un verdadero programa espacial nacional, rompehielos atómicos, ferrocarriles de pasajeros de alta velocidad y de levitación magnética y muchas otras obras, no son gastos, como dicen los que no quieren al país. Son inversiones, cuyo premio es la Dignidad Nacional y el orgullo o vino.
El Proyecto de Restauración Revolucionaria, encarnado en la entrañable y firme figura del Pastor Pingüino (y señora y hermana), ha sido seguido por un Rebaño entusiasta hasta el paroxismo. La expresión ovina no ha dejado dudas, el Rebaño en pleno ansía la Argentina en Serio que todos los días construimos.
Atrás, muy atrás, hemos dejado a la abominable era de entrega de nuestra soberanía y nuestra industria, de cipayismo, de destrucción del Ser Nacional y de nuestro riquísimo Patrimonio Cultural.
Carlos Saúl Alí-Babá es hoy sólo una sombra desvaneciente del mefistofélico azote de la Dignidad Nacional que alguna vez fuera. Se desgañita en luchas parroquiales que absorben su vitalidad decreciente. Por ello debe hoy dormir largas siestas en las que sueña con la destrucción del Rebaño, que por poco no lograse. Lamenta entre sollozos, rodeado de los pocos fieles que aún abrigan la esperanza de su retorno, la pérdida del pico vertedor, instrumento de dominación ovina.
El Rebaño, con el precipicio a la vista, recuperó la cordura y entregó el pico vertedor al Pingüino, que lo emplea con sabiduría para satisfacer las demandas sociales insatisfechas (por supuesto) y para emprender demoradas reivindicaciones populares (y nacionales).
La pareja bonairense, que osara traicionar a la causa óvida, lame hoy sus heridas y aspira sólo a un retiro con un mínimo de dignidad. El populoso Bonaire se ha entregado a la causa pingüinesca.
Soñar no cuesta nada, y en nuestras ensoñaciones entrevemos el cierre de las puertas del templo de Jano, y el reino sobre el Rebaño una duradera Pax Pingüina, que asegure las conquistas sociales que el Gran Pastor estableciera, que nos acerque al Destino Manifiesto que nos merecemos y que termine con el aberrante mundo unipolar.
La obra del Gran Pastor parece haber hallado a su continuador. El tiempo dirá si la Voluntad Óvida, repotenciada por el Estilo KK, podrá derrotar a la infame coalición de cipayos, banqueros, supermercadistas, organismos de crédito multilaterales, conspiradores, multinacionales y gobiernos extranjeros. La Argentina Potencia que asoma terminará con los inicuos privilegios de unos pocos. No nos esperan tiempos fáciles, deberemos cinchar todos juntos por la Dignidad Nacional.
El Pingüino, lira en mano, ensaya y escribe los versos que completarán la sinfonía inconclusa del Gran Pastor, y que adaptarán los eternos principios de la Doctrina Nacional Ovejerista a nuestros peliagudos tiempos.
El Rebaño tiene una sola voz, la voz franca, desafiante, melodiosa, generosa y patagónica del Pastor Pingüino (con coros de Cristina Pingüina y Súper Lavagna).
Incluso adversarios enconados como Lolita Cruz y moderados desdentados como Ricardo Hipólito Corazón de Vizcacha, detrás de la protesta, adhieren con fervor a la inmortal Doctrina Nacional Ovejerista.
El llamado de la Dignidad Nacional
Hacemos un llamado al Pastor Pingüino. Es hora de que utilice todo su repotenciada energía para convocar al Rebaño a la próxima patriada, la que nos permitirá romper las últimas cadenas. Debemos poblar la Antártida, el Sector Lunático Argentino y, por qué no, también la Patagonia irredenta.
No deberemos escatimar recursos en esta empresa nacional (y esperamos que popular). Bases militares, generosos subsidios, aeropuertos, pescadoductos, promoción de cultivos hidropónicos, un verdadero programa espacial nacional, rompehielos atómicos, ferrocarriles de pasajeros de alta velocidad y de levitación magnética y muchas otras obras, no son gastos, como dicen los que no quieren al país. Son inversiones, cuyo premio es la Dignidad Nacional y el orgullo o vino.
