jueves, junio 30, 2005

 

Respuesta a oveja negra impostora

No es la primera vez que alguien quiere disfrazarse de oveja negra, esa infame aberración genética, raza de cipayos y malandrines, cosmopolitas sin raíces y amigos de los kelpers. Pero no se preocupe, vemos que Ud. no ha abandonado los principios de la Doctrina Nacional Ovejerista. Su cuadro no es severo, nada que un oportuno subsidio no pueda arreglar.

La Doctrina Nacional Ovejerista es un sentimiento, y todavía su doliente corazón late al ritmo de los bombos nacionales y populares. Ud. considera prometedor e innovador al Dr. López Murphy quien, si bien no es amigo del Pastor Pingüino, promueve casi sus mismas ideas pero con ropaje de Barrio Norte y clase media urbana, mucho más presentable, perfumado y con la corbata bien anudada.

Ni que hablar de su reconocimiento a la decencia de Mauro Micra, otro gran prócer del ovejerismo. La cara paquete necesaria del ovejerismo, antiabortista, industrialista (cuando tiene industrias), que promete mantener a las ovejas morochas a raya, a los cibercafés cerrados y a los colectiveros, amables. Un líder que se queda a luchar en el país, por algunos multimillonarios créditos del Banco Provincia, por una posición mayoritaria en alguna empresa extranjera concesionaria de algún servicio público que huya despavorida y deje indefensas a millones de ovejas, por un Ministerio de Planificación más generoso con la asignación de obras públicas, por la patriótica Burguesía Nacional, por la bolsa milagrosa del reparto de la Justicia Social, que otorga la adulación eterna a quien la posea.

Los principios sociales que el Gran Pastor ha establecido aún viven en Ud., que reconoce méritos en muchos generales, almirantes y brigadieres de nuestras gloriosas fuerzas armadas. Algunos de ellos, debemos admitir, se enemistaron por momentos con el Gran Pastor por cuestiones de cartel y de forma; pero siempre promovieron los principios de la Justicia Social, la Soberanía Política y la Independencia Económica, ni que hablar de nuestro Destino Manifiesto. Cuando llegaron al poder, más allá de algunas tropelías, dejaron incólumes los árboles del ovejerismo, hasta dejaron tras de sí orgullosos plantines y nunca se olvidaron de regar el perenne ombú de la Dignidad Nacional.

Nunca esos hermanos del sargento Juan Bautista Cabral y discípulos del Gral. San Martín habrían de promover la extranjerización de la Patria. Podemos culparlos de muchas cosas, pero jamás de formar parte de oscuros proyectos de la sinarquía, como el de promover la economía de mercado y el de propiciar una moneda fuerte.

Ud, querido compatriota, no debe desesperar, su enfermedad tiene cura. Sólo debe visitar diariamente al sitio www.presidencia.gov.ar. Allí podrá ver que sus ideales casi no se distinguen de los que rigen los destinos de la Patria, encarnados en la figura heroica del Pingüino.

Las verdaderas ovejas negras son incurables e incorregibles, y sólo por misericordia las declaramos enfermas. Niegan nuestra soberanía en Malvinas y en los sectores Antártico y Lunático Argentinos. Recuerdan con cariño a Domingo F. Sarmiento, y no por su asistencia perfecta escolar. Apoyan al genocida George W. Bush y a su cruzada imperialista y colonialista y promueven las relaciones carnales. Propician la disgregación nacional con decimonónicos y absurdos proyectos de una República del Plata. Odian a los docentes (trabajadores de la educación) y a los periodistas argentinos. Creen que la solidaridad debe ser voluntaria. Con sorna dirían “como no soy bulldog, no me interesa”. Quemarían los bancos públicos, con empleados dentro, si no fuesen tan cobardes y tan pocas. Quieren ver a nuestra orgullosa Burguesía Nacional destruida por aperturas indiscriminadas y sueñan con otros fines tan sórdidos que preferimos omitirlos en este blog familiar. ¿Por qué no abandonan de una buena vez el suelo que los vio nacer, se preguntará Ud? Vaya uno a saber, sospechamos que se han enviciado con los choripanes, el asado y los sándwiches de salame y que dudan de enfrentar los ingratos desafíos del exilio. Pero no desesperemos, tarde o temprano deberán huir como ratas.

No siga su oscuro camino, la Patria lo necesita, la Dignidad Nacional será su recompensa.

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